Vamos a recapitular: :

  • Siento una emoción (miedo, estrés, angustia, pánico, etc.)

  • Cierro los ojos y coloco una mano allí donde siento algo en mi cuerpo.

  • Sin esperar, coloco la otra mano allí donde siento algo distinto (esto es lo que Maria, la madre, no hizo durante su primer intento).

  • Con mis manos, sigo la evolución de las sensaciones.

  • Abro los ojos cuando todo acaba.

Por cierto, existe otra forma más idónea para los adultos: pueden leer el libro “Revivir Sensorialmente” (Édition Émotion Forte) o participar en un curso de formación gratuito para la autonomía emocional (página web www.tipi.pro).